Meditación, silencio y ruido

Practicar la meditación en silencio en un espacio tranquilo y bonito está muy bien. Puede ser un momento muy placentero (no siempre) en un entorno ideal.

Pero ¿cuántas veces en nuestra vida diaria podemos disfrutar de unas condiciones así de perfectas? ¿Cuántas veces nos acompaña el silencio a lo largo del día?

La sala donde realizamos nuestra práctica no es una sala precisamente muy silenciosa y en más de una ocasión lo he planteado en clase como una oportunidad. Es una sala compartida en un centro municipal y a veces, afortunadamente no siempre, se oye bastante ruido alrededor.

Alcanzar un estado meditativo y consciente fuera de un entorno ideal puede parecer un enorme reto pero ¿acaso no estamos rodeados de retos a diario y en todo momento?

El entorno ideal puede ser idóneo cuando empiezas a experimentar la meditación, ya que te facilita mucho las cosas, pero seguramente no puedas sumergirte en él más que algunos minutos y no creo que sea a lo que debemos aspirar. Tenemos que ir más allá.

Conseguir mantener tu mente en estado meditativo a lo largo de tu día a día, una mente calmada, no reactiva, ese es el objetivo.

Cuando no es posible cambiar lo que sucede a nuestro alrededor, no merece la pena luchar contra ello, esa lucha solo nos agotará de forma inútil. En vez de perder nuestras energías en luchas estériles podemos aceptar lo que hay y centrarnos en lo que realmente podemos cambiar: nuestra mente, nuestros pensamientos y las emociones que nos generan.

Seguro que en alguna ocasión, o en muchas quizás, has podido experimentar el silencio interior en medio del ruido exterior. Si es así, sabes de lo que estoy hablando. ¿Hay algo mejor?

Te comparto este pequeño vídeo que espero que te guste tanto como a mí y te inspire tanto como mis palabras:

Vídeo «The Fly meditation»

Que tengas un bonito y meditativo día.

Antonio